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Facundo, “Vivir del cuento”, la censura, Silva y sigue la polémica

 

Con el peso que me da ser la periodista que más ha escrito de Vivir del cuento (y quien también más lo ha criticado con su director y actores) me siento obligada a ofrecer mi opinión en el contexto del debate ocasionado por Cuatro Caminos-Facundo-Televisión Cubana-Silva.

Voy por partes:

Cuando Andy Vázquez, no como Andy, sino como Facundo, montó un video con lo sucedido en el mercado de Cuatro Caminos realizó una acción irresponsable. Lo que sucedió en ese centro comercial el día de su inauguración para el público, fue reflejado en las redes con todo tipo de intención, especialmente las que denigran a nuestro país. Quizás fue más difundido el video de Facundo, cruzando el estrecho de La Florida, que las imágenes del propio desorden que tal vez no fue tan espontáneo, y que, pienso, tomó desprevenidas a las autoridades capitalinas.

A raíz del lamentable accionar a Andy se le aplicó una medida: no salir en Vivir del cuento por seis programas. Y, esto lo sé de buena tinta: él aceptó que se había equivocado. El actor viajó a Miami. Derecho tiene, pero no estuvo bien.

¿Debía y podía la Televisión Cubana aplicar la sanción?. Sí, porque existe una Resolución (número 126 del 2014) que advierte en su capítulo cuarto que “los trabajadores que ocupan cargos artísticos”, no pueden “brindar informaciones inciertas o malintencionadas que conlleven a la violación de la política de la programación, denigre la dignidad e integridad del Instituto Cubano de Radio y Televisión de personas, colectivos o de instituciones cubanas o extranjeras”, esto lo dice en el artículo 19, y en el 27 subraya que no se puede “utilizar los medios de comunicación y las redes sociales para ofrecer información tergiversada de nuestro país y nuestra cultura nacional, así como desprestigiar a la institución o cualquier persona natural o jurídica”. Son algunos de los artículos contenidos en esta resolución vigente en el ICRT, que entre sus medidas disciplinarias tiene como la más leve: cambio de puesto de trabajo, lo que no se utilizó con Andy, en consideración a su persona.

¿Se aplica siempre esta Resolución? No, y pienso se debería ser más riguroso en ese sentido, porque al no saber por dónde andan sus personajes, se dan fenómenos como estos.

Alguna persona me ha dicho que Andy está por Baracoa, así que supongo que después de este paquete de programas ya grabados, saldrá, si él lo decide, en Vivir del cuento, con un personaje que creó para ese espacio.

Andy, según me confesó, fue “ayudante en una ponchera, limpia pisos en una heladería, fotógrafo, dependiente de un restaurante” y que “por haber dejado los estudios tuvo que ponerse a trabajar porque su madre le dijo: no vas a ser un vago”. Y contestó varias preguntas en una entrevista:

Antes del programa Vivir del cuento ¿Qué acción humorística recuerdas con placer?

Mi paso por Onondivepa. Alfredo Oliva, Eddy Escobar, Baudilio Espinosa y yo fuimos la versión de Onondivepa del 2000 hasta el 2005 más o menos. Hicimos una obra, Una vez al año, alcanzamos cuatro premios Aquelarre y una escuela del humor en teatro. Recuerdo esa etapa con mucho placer.

¿Qué ha significado para ti el reconocido espacio televisivo?

Lo más grande que ha pasado en mi vida después de mi familia y mis hijos. Tú has tenido la oportunidad de ver nuestras grabaciones en el estudio y ves que también somos una familia”,

El Pánfilo de Luis Silva tiene otra historia. Nació como “Monólogo del pan” en un festival Aquelarre y fue tomando forma en otros escenarios teatrales. El actor-conductor, al responderme unas preguntas declaró:

—¿Cuánto ha influido Vivir del cuento en el desarrollo de Pánfilo?

Por supuesto que Vivir del cuento ha sido el terreno que le ha propiciado un gran desarrollo a este personaje. Del 2008 hasta hoy, ya son cinco años. Durante ese período Pánfilo se ha enriquecido (no financieramente). Las propias situaciones del programa, sus guiones, los enredos en los que se meten los personajes, pues han fortalecido a Pánfilo. Han surgido historias vividas, que aunque no se cuenten al espectador, Pánfilo las lleva dentro, y le brindan una psicología al personaje que lo hace tan real como indestructible a la hora de reaccionar o de improvisar en cualquier escena.

—¿Es Pánfilo totalmente libre al decir sus opiniones? ¿Cómo lo logras?

Totalmente libre. Pánfilo ha dado su opinión sobre temas tan sencillos como de otros tan candentes. No hay tema duro o difícil que se le resista a Pánfilo. Y esto no es solo un logro mío, sino de todo el colectivo del programa. Cada mensaje que va a transmitir Pánfilo se estudia mucho, se analiza, se divide en sílabas si hace falta. Se le busca las posibles interpretaciones que pueda tener. Si puede provocar o no algún malentendido.

“Para eso utilizamos herramientas inherentes al humor, como el doble sentido, el cambio brusco de ritmo, la sutileza, la sorpresa, las transiciones cortadas y sobre todo un fuerte uso de la lengua española y su tan rica gramática. Hemos sido capaces de ‘jugar con candela’, de tocar temas impensables en un programa humorístico de la Televisión Cubana. Hemos hecho chistes con las antenas (todo el mundo sabe cuáles antenas), con las escaseces, con el éxodo al extranjero, etc. Pero todo de una manera fina, bien hilvanada. Yo diría que dibujada a mano”.

En mi opinión, con la responsabilidad del hombre inteligente que es, Silva no debe poner en boca de su Pánfilo, algo que vaya en contra del programa al que le debe la mayor popularidad.

Ahora bien, si el debate comenzó acerca de Facundo y la censura, cada momento toma la dimensión de cuestionar al espacio Vivir del cuento.

Por años, la propuesta ha sido merecedora de diversos premios, desde el Caracol de la UNEAC hasta en la Convención de Radio y Televisión, pero más que por eso, por resultar, según encuestas realizadas en varias oportunidades, el programa más popular de Cuba, todos tenemos el deber y la responsabilidad de cuidarlo.

A Ignacio, Nachi, Hernández, director, también lo entrevisté:

—¿Cuáles son, en tu opinión, los elementos que han hecho de Vivir… casi un paradigma?

Comparto la idea de que gran parte del éxito o el fracaso en un programa de comedia se debe a sus guiones, a sus interpretaciones, al respeto de las historias de vidas, a las caracterizaciones de los personajes, a lo atractivo que puedan ser los conflictos entre los personajes y las situaciones que generan. Por estas razones nuestros dos guionistas más estables Jaime Fort y Antonio Berazaín, cuando presentan sus guiones, se someten a un riguroso trabajo de mesa donde el resto del equipo se convierte en contraparte (se critica, cuestiona, fertiliza, enriquece, se sueña) y al final lleva el sello del colectivo con toda la fuerza de su capacidad creativa, sin desacreditar la obra y con todo el respeto que merece quien tiene la misión de contar una historia con estas características cada lunes. En mi opinión este es el punto de partida para garantizar que el programa sea efectivo.

En el debate actual, en la búsqueda de las cinco patas al gato, no ha faltado la mención del programa con Barak Obama como actor. Acerca de ese hecho dialogué con Nachi:

—¿Sentiste temor del encuentro con Obama por representar Ustedes a Cuba en ese momento?

No, todo lo contrario, fue una oportunidad para hacer valer la fuerza de la televisión, de la comedia, tantas veces subestimada. Sentí reconocimiento al rigor y al trabajo que veníamos haciendo desde hace algunos años, representar a tu país, a tu cultura, donde hay tantos artistas valiosos, sin dudas le asigna un valor añadido a lo que haces.

Entre Silva y yo elaboramos el guion, nuestra familia igual aportó ideas valiosas al mismo, después lo socializamos con los actores que lo iban a interpretar (Andy Vázquez y Mario Sardiñas) y todos ofrecieron sus ideas. Creo que con inteligencia, creatividad y simpatía logramos transmitir nuestro mensaje sin hacer concesiones, hicimos la puesta, la grabación, la edición y la post-producción, todo resultado del trabajo en equipo de Vivir del Cuento.

—¿Qué te resultó más difícil de “ese encuentro con Pánfilo”?

Lidiar con los intermediarios, los que pensaban más en las consecuencias que en la responsabilidad que les tocaba asumir.

Tenía la total certeza de que se podía hacer bien, porque habitualmente trabajamos con sensatez y rigor profesional. Me parecía un acontecimiento histórico el hecho de que un presidente de un país y su equipo eligieran nuestra obra, la consideraran meritoria y quisieran trabajar junto a nosotros. No era momento de temores sino de asumir la propuesta y ocuparnos de que nos quedara excelente. Era la manera de demostrar que podemos hacer las cosas bien y que no hay que temerle a ningún reto, por complicado que pueda parecer. El resultado fue finalmente bien valorado tanto por ellos, como por nosotros”.

Entonces escribí acerca de la aparición del presidente norteamericano. ¡¿Qué salió en Vivir del cuento por ser el programa más popular?!. ¡Claro!, se trata de un hombre inteligente que nos hizo la guerra por otras vías. Ahora, es de ciegos no reconocer que se establecieron las relaciones diplomáticas, se liberaron nuestros cinco héroes y sin levantar el bloqueo se crearon diversos vínculos, demostrando que es posible la coexistencia pacífica. Enfrentar esa manera de accionar de los yanquis es mucho mas difícil, desde el punto de vista conceptual, que con el imbécil actual de pelo de mazorca de maíz, que está en la Casa blanca, armando una guerra contra Irán y que puede ser…

Lo de Vivir del cuento fue una muestra de como puede ser el juego entre los del Norte y nosotros. Entonces escribí Obama, ¿también cómico?

Sostengo lo que dije entonces. Si Obama se vio sonriente, afable, en nuestros hogares, también los personajes de Vivir del cuento llegaron a lugares que no habían conseguido. ¿Quién salió ganando? Es un largo y polémico debate, para mí, nosotros ganamos.

Ahora, en las redes, no el noticiero, ni en un espacio televisivo, apareció una opinión de Rafael Pérez Ynsua, director que triunfó al frente del Canal Habana y actualmente dirige Cubavisión. Aplaudo el uso de las redes para estos fines, ha sido la primera vez y espero que no la última, pero cuidado. El aparente desenfado de la periodista y del propio Rafael, que tiene capacidad para hacerlo, no se logró con toda la soltura buscada, como debe ser en las redes, en esas cápsulas que se cuelgan en Youtube. Mucho se critica cuando institucionalmente no se aborda un tema, y cuando se hace, como en este caso, aparece un aluvión de críticas a cómo se hizo. En mi caso, prefiero esto que el silencio.

Ni por asomo pretendo concluir el debate. Sé que cada cual tiene su opinión, pero que los árboles permitan ver el bosque. No echemos más candela para que se pueda botar el sofá (Vivir del cuento)… y, Feliz 2020, el final de la serie de pelota está en su apogeo, y por supuesto, estoy viendo (y disfrutando) esa candela.

 

Tomado de Cubadebate

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