La Habana, 27 feb Directivos del Ministerio de Cultura y de la Uneac, y artistas cubanos, entre ellos varios Premios Nacionales de Música, se dieron cita este miércoles en el Palacio de la Revolución para analizar el sistema empresarial de la música en Cuba, uno de los temas más complejos que enfrenta hoy el sector al implicar a más de 20 mil artistas en toda la Isla.
En el encuentro — que forma parte del chequeo sistemático a los acuerdos del IX Congreso de la Uneac, que encabeza el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez— el viceministro de Cultura, Fernando León Jacomino, detalló la situación actual de ese sistema empresarial, que pasa por descapitalización financiera, el no aprovechamiento de los encadenamientos con el turismo y la preferencia por la música grabada o por agrupaciones de escasa complejidad técnica.
En ese diagnóstico, incluyó además el sobredimensionamiento de los catálogos profesionales de la música en todo el país; arbitrariedad y falta de transparencia en la fijación de los porcientos que retienen las empresas; y la coexistencia en ellas de artistas bajo regímenes comerciales y subvencionados, que produce distorsiones y dificulta el ejercicio de la política cultural.
Asimismo, habló de la falta de intencionalidad en la promoción del talento artístico representado por las empresas del sector de la Cultura en los medios de comunicación. En la mayoría de las ocasiones, dijo, eso provoca que la circulación dependa más de la popularidad que de la calidad de la agrupación.
Para resolver los problemas acumulados durante muchos años y planteados por los creadores en disímiles escenarios, fue aprobada en esta reunión la conformación de un grupo de trabajo para el perfeccionamiento del sistema empresarial de la música, con el encargo de abordar el asunto desde una perspectiva integral y transdisciplinaria, teniendo en cuenta la responsabilidad del Ministerio de Cultura y también de otros organismos de la Administración Central del Estado.
En un debate profundo que no culminó con este encuentro, los artistas— que a decir de Díaz-Canel honraban con su presencia el Palacio de la Revolución— pusieron sobre la mesa buena parte de las irregularidades que afectan hoy la programación musical e impactan negativamente en la vida cultural del país.
Desde los más de 30 años sin producirse ni circularse partituras musicales en Cuba, planteado por el investigador Jesús Gómez Cairo; el rescate para la cultura de edificaciones abandonadas, según la maestra Digna Guerra; el ejemplo de Fábrica de Arte como lugar para la promoción cultural con alto impacto en el turismo, en voz del compositor Guido López Gavilán; y la creación de espacios emblemáticos y asequibles para que el pueblo cubano escuche el Son o baile casino regularmente, esbozado por el popular músico Adalberto Álvarez, estuvieron entre las propuestas de quienes diariamente hacen arte.
También Israel Rojas, líder de Buena Fe, abogó por organizar la relación oferta-demanda que hoy no tiene reglas claras y es absolutamente injusta, por ejemplo, con los músicos que no trabajan en la capital. Habló de poner orden en el sistema de mercado donde se desarrolla la música cubana que favorece sobre todo a los “artistas menos nutritivos a la nación”.
En su intervención no pasó por alto los servicios técnicos, dígase audios, luces o transportación, con altísimos precios y no siempre dentro de la legalidad. Para el destacado tresero Pancho Amat, es necesaria la creación de un repositorio digital de música cubana, a la disposición de todos. En tanto, para el maestro Roberto Valera urge formar el buen gusto y volver a despertar la atmósfera cultural que engendró la Revolución.
En ese intenso intercambio, el Presidente Díaz-Canel comentó que “son muchos los problemas acumulados y tiene que haber disposición, voluntad y vocación para resolverlos todos, pero todos no se van a resolver de un golpe”. Tendrán solución, agregó, pero no inmediata por su complejidad.
El Jefe de Estado consideró que en el país existen muchas instalaciones que no se están utilizando o que se usan mal, la cuales “se pueden ir acondicionando y tejiendo con proyectos musicales”. De hecho, añadió, en las provincias con el aporte de la contribución territorial se han rescatado muchos lugares.
Asimismo, indicó estudiar todos los mecanismos por los cuales pueda haber mejor disponibilidad de instrumentos musicales y accesorios para vender a los artistas.
El mandatario se refirió igualmente a las relaciones de comercialización, que “tienen que tener las reglas claras en los que gestionan y en los que participan”, aseveró.
Acerca de la programación cultural, consideró incoherente, por ejemplo, contar con un prestigioso evento como el Cubadisco y que luego no se les dé todo el valor a sus ganadores, en cuanto a promoción, estímulos e incentivos.
En su intervención, habló de la insatisfacción con los públicos que hoy formamos, en lo cual influye la ausencia de la crítica musical. Estoy en contra de satanizar géneros, puntualizó, tenemos que dar posibilidades, orientación, educación y lograr entonces públicos más cultos.
Finalmente, se refirió a la contradicción de que “por un lado tenemos una enseñanza artística de la que nos sentimos orgullosos, pero que genera más talento que el que a veces podemos sostener en materia de infraestructura y hasta de empleo para las posibilidades que tiene el país”.
Sin restringirlo, aclaró, tenemos que buscar formas más creativas para que todo ese talento pueda desarrollarse.
(Tomado del sitio de la Presidencia)